Último post de Torre de Krissaor

La verdad es que no sé muy bien cómo explicar esto, pero creo que hago lo que debo hacer. De modo que, a partir de ahí, todo lo demás me resulta poco relevante.

Siempre he estado bastante apartado de todo lo que a nivel social se ha movido desde que apareció en internet la Obra de Felipe Moyano. Desde el principio era evidente que la mayoría de la gente que había accedido a su Obra no había sabido o podido asimilarla. Algo normal, después de todo, puesto que su material es causante de una agitación poco habitual. Una agitación que, por lo que se ve, pone a cada uno en su lugar y el que busca «una imagen a seguir» la encontrará y los que buscan Orientación para «seguir el camino por Sí Mismos» también lo harán. Cada cual con lo que tiene dentro: ni más, ni menos.

El caso es que el tema social en torno a la Obra de Moyano ha llegado a tal nivel que no estoy interesado en que se me identifique con ello: con ninguno de tales movimientos. Yo no soy seguidor de Felipe Moyano, soy COINCIDENTE con Felipe Moyano. Pero lo soy del mismo modo que lo soy con Carlos Castaneda, Julius Evola, Carl Jung y, muy probablemente, una buena cantidad de autores que, por cuestiones de tiempo material, no he tenido oportunidad de estudiar en profundidad. Yo soy un Buscador, no un seguidor de nadie. La única forma que tengo de estar a la altura de la Orientación que estos Genios me han ofrecido es concretar esos elementos internos que ellos señalan dentro de mí y aceptar el Desafío de seguir por Mí Mismo.

En fin, dado que Torre de Krissaor centraba muchísimos de sus contenidos en la Obra de Moyano, decido poner fin a esta etapa.

A los que Pueden:
¡Gracia & Honor!

Estantigua la voz de los Abismos Interiores...

Tipos de Memoria

Antes de nada aviso de que este artículo puede contener «spoilers» o lo que es lo mismo: «puede contar partes del argumento» de la película a la que hará referencia. El aviso, más que nada, es por si aquellos que estén interesados en los comentarios ven antes la película. Más que nada para no estar «condicionados por mi interpretación».

En la línea de usar el veneno como antídoto a partir de tomar construcciones culturales como pueden ser películas, novelas, series, videojuegos, juegos de rol y otras expresiones creativas; tomaremos hoy un film que ronda el argumento transhumanista que tan pujante está en la actualidad del mundo occidentalizado. Me refiero a «Anon», de 2018; una película enmarcada en el género de la ciencia ficción.

La película plantea un futuro que, aunque supuestamente distópico, a más de uno nos puede parecer demasiado cercano. Un futuro en el que no hay «posibilidad de anonimato» desde el momento en el que el control es tal que toda imagen ocular de cada individuo queda registrada en una base de datos a la que tiene total acceso la autoridad de turno. Hasta ahí el argumento más o menos superficial y sin entrar en el desarrollo de la historia.

Pero nosotros, como estamos interesados más en el efecto inductor, nos centraremos más en otros asuntos. Por ejemplo: la magnífica forma de reflejar la dinámica de una conciencia que posee DOS REGISTROS DE MEMORIA DISTINTOS. En relación a la película, a uno de estos registros lo denominaremos Memoria Digital y será la memoria que es registrada en un dispositivo artificial, en este caso informático. Al otro registro lo denominaremos Memoria Personal y sería la propia del sujeto, del individuo.

Es necesario hacer un ejercicio de imaginación y comprender el vicio que tal cosa generaría. Con un ejemplo se verá mucho mejor. Hace 20 o 25 años, la mayoría de la gente sabía de memoria entre 5 y 10 números de teléfonos de diversas personas, ya fueran familiares, amigos o compañeros de trabajo. Con el tiempo y con la historia de que ahora estos números están guardados en la memoria de dispositivos electrónicos, en la actualidad, lo normal es que uno apenas recuerde 2 ó 3 números. Del resto se encarga el dispositivo. Pues imaginemos, decíamos, en esta línea que en vez de guardar la memoria de ciertos eventos de nuestra vida, acabásemos haciendo lo mismo que con los números de teléfono: confiar estos recuerdos a la capacidad de un dispositivo artificial (Registro Digital en el caso del film).

Entonces, volviendo al tema de la película, hay que comprender que el Registro Digital es absolutamente COMPARTIBLE: está al alcance de todos (por lo menos de las autoridades y de posibles hackers); mientras que el Registro Personal de ningún modo lo está. Pero claro, si se ha ido dejando de lado ese Registro Personal y cedido su lugar al Registro Digital… lo que tenemos es un sujeto, un individuo, que no es Dueño de su Memoria y cuya capacidad de Registro Personal ha sido, con el tiempo, seriamente mermada, puesto que el Vicio de la Atención la orienta al Registro Digital, en vez de al Personal.

Esta particularidad de dos registros en el que uno prevalece sobre el otro es –y aquí viene el efecto inductor de comprensión– análogo a la idea de una Memoria Material o Cultural (similar al Registro Digital) y una Memoria de la Sangre (semejante al Registro Personal). Y no sólo eso, sino que incluso influirá el asunto en la Idea de Sí que cada induviduo o sujeto tiene sobre sí mismo: su Identidad. En otras palabras: las personas creerán ser única y exclusivamente las versiones de sí mismos que están «al alcance de todos», al alcance de la Objetividad Gregaria. Una objetividad que es registrada en la Memoria Cultural.

En fin, ¡buen provecho a los que puedan!

También apuesto por él…

En este caso me refiero a Yuri Mamleev, un escritor ruso muy especial, por lo que voy viendo. Y por cierto, me ha recordado, muy gratamente, a Gustav Meyrink.

Para el que quiera echarle un vistazo, aquí dejo el único relato en español que he podido encontrar en la red (estaría muy agradecido si alguien me envía algún otro más). Se titula: «La Rata» y a más de uno se le dibujará una sonrisa cuando, durante la lectura, descubra quién es «La Rata».

También dejaré este otro enlace en el que se comenta un poco sobre su «Realismo Metafísico».

A los que puedan: ¡Disfrutenlo!